Costa Verde en el recorrido El Corazón del Manglar, de la Red Turistica La Encrucijada.
Durante el trayecto hacia el nuevo destino Costa Verde apreciamos el vuelo de una águila pescadora dirigiéndose al agua, mostrando sus alas en todo su esplendor, su inigualable color y fuerza en el aleteo, en dirección a su presa que con tal destreza atrapo y con gran orgullo eleva hasta lo más alto del manglar para poder disfrutar de su premio.
El lujo del manglar se debe a que el sitio en si es inigualable mostrando aquella majestuosa vegetación, árboles de gran altura decorados por sus semillas que cuelgan de sus ramas en forma de aretes colgantes naturales, además, como parte de su decoración las aves que anidan y vuelan a su alrededor hacen de este lugar experiencias únicas.
El espectáculo que brindan las garzas es espectacular su forma tan perfecta de volar permite observar su posición horizontal, delineando su contorción hasta las patas, haciendo ver a esta una posición firme, luciendo así su color blanco espectacular, sus patas amarillas con zapatitos negros.
A poca distancia nos encontramos con la Bocabarra, es un espacio donde el agua del mar abierto y se mezcla con el cauce del estero, esto permite la entrada a la abundante fauna acuática que sirve de sustento a pescadores como a los pelicanos que se encuentran en el centro formando una isla donde se puede apreciar de manera clara, su forma, su pico largo acompañado de un cuello con plumaje blanco, pecho negro.
Ya en Costa Verde, donde se tomara un descanso se puede apreciar que las instalaciones están dentro de una gran vegetación con árboles de gran altura en ellos reposan una infinita cantidad de aves después de una larga jornada de vuelo, pareciera que discutieran entre ellas, para marcar sus sitio de descanso.
Si buscas un lugar para descansar con vista a la exuberante vegetación de la selva, con espacios para compartir con amigos, teniendo la sombra de árboles para descansar, con sitios para realizar deportes extremos, es genial pernoctar en la cabaña de Costa Verde.
Se pueden hospedar aquellas personas que disfrutan de viajar sin rumbo, en pareja dejando que la vida los sorprenda, viviendo experiencias y aventuras. Aventuras en un viaje sin rumbo, esto es lo indicado.
La ubicación de las cabañas es perfecta desde ahi prodras apreciar al manglar, una puesta de sol, el paso de las aves, a las áreas verdes, con un toque de suerte observaras cocodrilos que forman parte del ecosistema de manglar.
Además de poder evidenciar con fotografías o simplemente disfrutar de la vista. El espacio es único dedicado a experimentar emociones, tu decides si estar frente a tu puerta en las mañanas para sentir los cálidos rayos del sol que entran por la ventana y por la noche escuchar el caer de la lluvia.
Al introducirse a la habitación se distinguen esencias, colores, sensaciones agradables. El diseño es para visitantes que son amantes de la naturaleza y la aventura. Al despertar en las mañanas después de un periodo largo de descanso, dentro de las instalaciones, lleno de confort que permite percibir los sonidos y despertar con el sonido de las aves.
La gastronomía del lugar es extensa y deliciosa, es un lugar donde aún no se ha dado a conocer al público, platillos de exquisito sabor y calidad elaborados por mujeres con conocimientos tradicionales de la comunidad.
En Costa Verde tiene el gusto de ofertar la actividad de poder entrar hasta la cocina, y llevarse la experiencia de ver el lugar de preparación de los alimentos y ser parte de ella, Quedas fascinado con aquella estructura, cocina en forma de palapa, es decir cimientos de madera y techo de palma.
Al interior se observa mujeres trabajando de manera artesanal, es decir, preparando los alimentos en una cocina tradicional conocida como fogón, el cual está construido a base de barro y utiliza leña para la cocción de los alimentos.
Puedes ser parte de la elaboración de tortillas hechas a pulso sin ayuda de una prensa (instrumento que utilizan actualmente en muchos lugares), aquellas tortillas tiene una textura inigualable, se inflan al momento de su cocción dando la impresión de ser pequeñas almohadas, su sabor es indescriptible y su textura suave.
